18.06- Por haber recibido esta distinción, editarán su libro y quinientas copias del mismo. La escritora conversó con El Eco de Tandil, casa a la que perteneció durante largos años, y contó la experiencia vivida. Este mes fue premiada en el teatro La Máscara de Buenos Aires, en el marco del noveno concurso nacional de poesía y cuento Sol y Letras 2009 que organiza ediciones Baobab. Los jurados del concurso fueron Jesús José Aguiar, autor de Dos puertos haciendo esquina¸ Enzo Luna, representante de Baobab y Silvia Maezo, autora de La vida por su nombre. También se hizo presente el director de la empresa, Pascual Spinelli. En la sala se encontraba numeroso público presente, participantes y el ganador del concurso de 2008, Marcelo Galliano, que publicó Tiempos de soledad. -¿Cómo llegaste al concurso? -Por internet, a través de la convocatoria que lanza la editorial Baobab hace nueve años, de poesía y cuento. Hay un cupo de 300 aceptados, y de esos, se extraen los finalistas. Ahí quedé yo, entre treinta y cuatro cuentos, y treinta y siete de poesía. No sabía que tenía el primer premio porque sólo me habían enviado la comunicación de que era finalista y que había que ir. Casi no voy... y gracias a Patricia Ratto, que voy al taller que ella da en la Sala Abierta de Lectura, dije “vamos”. Viajamos, llegamos al teatro La Máscara y había gente de Mendoza, Entre Ríos. Empezaron a dar los certificados de finalistas y nombraron a todos. Me habían llamado para que fuera y eso te sugiere que algo va a haber, pero yo pensaba un segundo o tercer premio. Dicen: tercer premio, cuento... no era yo; segundo premio... bueno... la mención está bien... finalista, pensé. Y en lugar de decir el primer premio, empezaron a leer mi cuento, que no es muy común en los certámenes y yo sentí que mi butaca se movía. Terminó el cuento y proclamaron: primer premio, de Tandil, ¡sonó de lindo eso de Tandil!... y así fue, me entregaron la plaqueta y el premio. -¿Habías enviado dos cuentos? -Sí, yo había enviado dos, tomaron uno y lo premiaron. El cuento se llama Te lo dije, jefe; es una historia policial con cierto suspenso; el otro se llama El Sueño. Los dos se basan en hechos sucedidos en Tandil. El primero es de una oportunidad en que falleció un comisario y yo inventé una historia como que lo mató uno de sus propios en un confuso episodio, persiguiendo a un delincuente; el otro ocurrió en el viejo edificio donde están construyendo Polivalente y se había convertido en una especie de refugio, de pensión de tarifa baja; en una oportunidad, una mujer soñó que una chica que trabajaba ahí coqueteaba con su marido. Se despertó del sueño, fue y la atacó. La quería matar, y la otra tomó un cuchillo de la cocina y la mató. Fue un hecho comentado. Lo esencial pasó de verdad, pero yo hago toda una creación literaria entorno al sueño. Premios y caminos -Te van a editar... -Sí, el premio consiste en la edición de quinientos libros con mis cuentos. Ahora estoy trabajando para completar esa producción, que supongo saldrá el año que viene. Los quinientos libros los distribuyen ellos, lo que es interesante, porque no te tenés que ocupar de ir a las ferias, de llevarlos a las librerías. Es complicado si nadie te conoce. -¿Cómo sigue el proceso? -Ahora tengo seis meses para completar 64 páginas. Yo puedo seleccionar de mi propia producción lo que más me gusta. Aparte de la generosidad de la editorial, yo quiero que sea lo mejor que yo pueda dar, porque es una manera de retribuir a la confianza que me dieron. Me premiaron un cuento, pero no vieron los demás. Baobab edita cuatro libros por año a través de los concursos y eso es muy interesante, porque promocionan a autores inéditos. Lo que ellos quieren es que la gente se anime a escribir, que todos los autores puedan sentirse escritores en algún momento de su vida. Saben de sobra que las grandes editoriales difícilmente te publican si no es pagando. Y lo importante no sólo es que te publiquen, sino que tu cuento pase por un jurado. Incentivada -Emprendés un nuevo camino... -Si, es retomar algo que hice hace muchos años, porque yo escribí mucho, pero después tantos años en el periodismo, te ubicás en un molde, porque escribir en un medio es ser concreto, sintético, objetivo, atenerte absolutamente a la realidad. En un cuento o en una novela, donde menos trabajás es en la realidad. Ahora pienso seguir, tengo mucho entusiasmo, ganas, no me canso nunca, Encuentro el lugar donde sea y cuando sea... me apoyo en una vidriera o en el banco de una plaza para anotar lo que se me ocurre y no olvidarlo. Después lo vuelco en la computadora. Tengo una carpeta llena de bocetos y cada tanto, voy, rescato uno y lo desarrollo. -Muy contenta, entonces... -Si, además es un estímulo muy importante porque te dan ganas de seguir escribiendo. A pesar de que los más grandes escritores que tenemos han sido cuentistas, salvando las distancias, las editoriales no se entusiasman con los cuentos. Veremos qué pasa con este libro. Valió la pena, porque me da ganas de largarme a publicar. Tengo cantidad de trabajos y los guardo... y ahí quedan... ¿Por qué?, si yo siempre quise publicar. Quizá será que me auto exijo mucho y nunca estoy conforme. Sigo buscando y cambiando de géneros, de motivaciones. Es hermoso, es meterse en otro universo, porque dejás lo cotidiano, lo que no te satisface, y te zambullís en eso y soltás todos los duendes y demonios, creás, hacés lo que se te ocurre y es una libertad que no daña a nadie.
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