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En un clima de interés, curiosidad, respeto y mucha participación, Ratto leyó fragmentos de su novela Nudos y respondió a las variadas preguntas y comentarios de los participantes del encuentro, que propusieron temas como: la escritura de ficciones, la selección de personajes y lugares, la vinculación de sus obras con la historia reciente de la argentina, el uso del lenguaje que hacen los personajes, los planteos que realiza  Pequeños hombres blancos, y algunos adelantos del texto en el que la escritora tandilense trabaja en estos momentos.

La charla, en la que circuló el cafecito y el mate, tuvo sus momentos emotivos y hasta graciosos. Terminó con un aplauso, fotos y la entrega de un ramo de flores.

-¿Cómo nació la idea de leer Nudos y de contactar a la autora?

María Rosa Souto: -La profesora tuvo la idea. Estamos leyendo libros y nos propuso invitar a la autora del libro.

Valeria Sallustio: -Esto se basa en un proyecto que se llama Café Literario, donde los chicos intentan manifestar los efectos que les causan las lecturas que tienen, que surgen de una lista que se les da para elegir. Una de las ideas era compartir todo el material que encontraran de la novela, ver si podían navegar en internet, conocer otras críticas. María Rosa tuvo la suerte de contactar personalmente a Patricia Ratto. Eso lo considero un logro, porque entró a la red, hizo el contacto.

-¿Fuiste la única alumna que había elegido un texto de Patricia Ratto?

M.R.S: -Sí, elegí Nudos y ahora estoy leyendo  Pequeños hombres blancos que es su primer libro. Patricia contó en la escuela la investigación que está realizando para su tercera novela.

-¿Por qué elegiste Nudos?

M.R.S: -La profesora había dado una lista y yo fui a la Sala Abierta de Lectura y lo busqué.

V.S: -Yo les había contado que trataba un poco sobre la sociedad tandilense, a mí me gustó darles ese libro porque planteaba la fragmentación que se da entre la ruta y las dos realidades, de un lado y otro. No me imaginé que Patricia Ratto fuera a venir a la escuela.

M.R.S: -Cuando empecé a leer me parecía que era Villa Aguirre. Fue muy impactante eso. Patricia nos contó cómo se fue armando el libro, que era nuestra intriga.

V.S: -Había chicos que no habían leído el libro y, sin embargo, cuando leyó fragmentos y hablaba de los personajes los atrapó y los motivó a leer.

Vivencias

-¿Cómo vivieron la experiencia?

M.R.S: -Para mí fue algo impresionante que ella se tomara de su tiempo para venir a la escuela. Cuando me contestó el primer email, ¡pegué un grito!, no lo podía creer. La verdad es que tiene una calidad humana impresionante. Fue una muy linda experiencia para la escuela, mis compañeros.

V.S: -A mí me llamó la atención que María Rosa contó que era la primera vez que leía un libro en profundidad y tener a la autora enfrente, era algotrascendental.

-Una buena oportunidad para sacarse todas las dudas...

M.R.S: -En ese momento la veía adelante nuestro y no me salían las palabras.

V.S: -La verdad que yo estoy muy contenta, porque es un grupo con el que se puede trabajar muy bien. Uno trata de darles ideas, motivarlos, y el grupo respondió muy bien. A mí me satisface escuchar las experiencias de cada uno. Algunos fueron por primera vez a una librería a buscar un libro.

-¿La idea es seguir leyendo?

V.S: -Sí, para noviembre van a hacer la exposición de una obra.

M.R.S: -Valeria nos enseñó a agarrar un libro, a tomarlo, verlo. Todo eso te va estimulando.

V.S: -El objetivo es que lo tomen como placer, no que lo sientan como una obligación. Que puedan elegir y compartir, por eso hacemos café literario, compartimos algo para tomar.

M.R.S: -Además, cuando uno nunca ha leído un libro y tenés que exponerlo adelante de los compañeros, es toda una experiencia. Yo nunca había leído un libro así. Para mí fue una experiencia muy buena y eso es lo que te hace tener ganas.

Palabras de la escritora

-¿Cómo viviste el encuentro con los alumnos?

Patricia Ratto: -Fue una experiencia muy linda y sumamente enriquecedora para mí. Estuvieron presentes todos los alumnos del turno noche de la escuela, y también los profesores que tenían clases a esa hora. Al principio estaban todos un poco tímidos, pero con una timidez a su vez curiosa, expectante. Entonces le pregunté a la profesora de letras, Valeria Sallustio, cómo era el proyecto de lectura en el que estaban trabajando. Luego, me presenté brevemente y leí algunos fragmentos de Nudos, que era la novela que algunos habían leído. Y entonces se inició el diálogo, con preguntas, inquietudes y comentarios muy interesantes. Lo que más me gustó fue el clima de participación, interés y respeto. Se notaba que no era nada forzado.

-¿Qué sentiste al saber que el tuyo había sido el primer libro que María Rosa había leído?

P.R: -Eso me emocionó enormemente. Primero, porque María Rosa ha decidido hacer, de grande y trabajando, el secundario a la noche. Y eso, de por sí, es algo realmente loable y nada común, en estos tiempos de desgano y poco esfuerzo. Por otra parte, uno, como escritor, no sabe después qué es lo que ocurre con sus libros, a qué lectores llega, qué les dice lo que uno ha escrito, si resulta o no significativo. Encontrarme con hechos como el de María Rosa es muy gratificante porque, en este caso, Nudos le abrió las puertas a otras lecturas. De hecho, el día de la charla ella tenía en sus manos un ejemplar de Pequeños hombres blancos, mi primera novela, que había retirado de la Sala Abierta de Lectura y había comenzado a leerla. Seguramente ya no va a dejar de leer, y eso va a ser muy bueno para ella, pues leer literatura le permite a uno vivir otras vidas, conocer otros mundos posibles. Y además, está esa inquietud de María Rosa, ese no conformarse y querer hacer más. Cuando la profesora le dio una lista de libros para

elegir cuál leer, ella eligió mi novela, se entusiasmó, me gugleó, entró a mi página web y desde allí estableció contacto conmigo. Finalmente, se puso en marcha para organizar, junto con la profe Valeria, la charla. Es decir, puso en marcha una iniciativa propia. Y eso me pareció interesantísimo de su parte, así como también de la profesora y de la escuela, que hicieron posible que esa iniciativa tomara finalmente cuerpo.

-¿Qué curiosidades surgieron entre los presentes acerca de tu tarea de escritora o de tu libro?

P.R: -Muchas. Y las preguntas no vinieron sólo de los alumnos sino también de los otros profesores presentes. Algunas de las cuestiones que surgieron fueron: cómo se me ocurren las ideas para escribir, cómo y en qué momento escribo, si reviso y corrijo mucho, cuánto tardo en escribir una novela, si conozco los personajes y los lugares o los invento, si hay experiencias personales volcadas en mis libros o son pura ficción. Muchos habían leído noticias y entrevistas en mi página, entonces me preguntaron cómo había sido participar en la Feria del Libro de Bogotá, Colombia. Y, sobre todo, se mostraron muy interesados en la investigación que estoy realizando para escribir lo que será mi próxima novela. Todo esto, en un clima distendido, cómodo, en el que circuló el mate, hubo fotos, aplausos y hasta un bellísimo ramo de flores.

Entrevistó: Carolina Cordi